Beneficios de la actividad física para niños y adolescentes
Vamos a comenzar desmintiendo mitos; el entrenamiento de fuerza NO es perjudicial para niños y adolescentes. Hoy en día, ya se conoce que no hay evidencia científica de que el entrenamiento de fuerza sea perjudicial para el desarrollo de los niños, al contrario, contribuye a un buen desarrollo óseo y produce adaptaciones neuromusculares.
Sin embargo, a pesar de sus beneficios sobre la salud, la realización de entrenamiento de fuerza por parte de niños y adolescentes es todavía baja. En Europa, por ejemplo, apenas un 19% de los adolescentes declararon participar al menos 3 días en actividades de fortalecimiento muscular, mientras que casi un 60% admitieron no practicarlas ningún día de la semana. Estos tristes datos de participación se traducen en que los niveles de fuerza durante la infancia y la adolescencia estén decreciendo paulatinamente, con las importantes implicaciones que esto tiene sobre su salud futura.
Lo que SÍ estaría contraindicado es que este entrenamiento de fuerza estuviera mal supervisado, mal planificado o dirigido por una persona que no es profesional de la actividad física. Eso sí sería realmente peligroso. Al tratarse de niños y adolescentes, siempre hemos de recurrir a especialistas cualificados para que supervisen la correcta ejecución del programa de entrenamiento.
En definitiva, comentar que, aunque tradicionalmente visualizamos el entrenamiento de fuerza como una forma aburrida de levantar pesas en un gimnasio, se puede realizar de una gran variedad de formas, incluyendo el propio peso corporal o incorporando diferentes materiales que pueden convertir este tipo de entrenamiento en una actividad lúdica, que será lo que realmente adhiera al niño o adolescente al entrenamiento.
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El profesor titular de la Universidad de Granada (UGR) y doctor en Biomedicina, Emilio Villa González, afirma: «Tanto niños como adolescentes deben entrenar fuerza«; «Esto no es una opinión -puntualiza- La OMS recomienda entrenar tres días a la semana fuerza«.
Este experto recuerda que numerosos estudios han demostrado ya cómo el juego o la práctica de deportes tradicionales «no son tan intensos como deberían ser«. De hecho, «pocos niños trepan o saltan de manera intensa y su actividad al aire libre es reducida, al mismo tiempo que pasan muchas horas con pantallas«. Falta, por tanto, intensidad, un elemento imprescindible para los músculos, huesos y por tanto para nuestra salud.
La preparación física tiene numerosos beneficios para niños y adolescentes, no sólo para su salud física, sino también para su bienestar mental. La actividad física regular puede prevenir enfermedades, controlar el peso y promover un cerebro sano. Además, desempeña un papel crucial en la promoción de un crecimiento y desarrollo sanos, la mejora de las capacidades cognitivas y la reducción del riesgo de problemas de salud a largo plazo. Exploremos los muchos beneficios de la actividad física para niños y adolescentes.
Prevención de enfermedades
La actividad física desempeña un papel crucial en la salud y el bienestar general de niños y adolescentes. Es un hecho bien establecido que el ejercicio regular y el juego activo en los primeros años de vida pueden tener un impacto significativo en la prevención de diversas enfermedades. En particular, participar en actividades físicas como correr, saltar y practicar deportes ayuda a reforzar el sistema inmunitario y a reducir el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas, como cardiopatías, obesidad y diabetes de tipo 2.
Recientemente se han publicado los resultados de un estudio de Souza y col, en 2021; cuyo objetivo fue examinar la evidencia sobre los efectos agudos y crónicos del entrenamiento interválico sobre el sistema inmune. Los autores concluyeron que realizar de manera esporádica Entrenamiento Interválico disminuye la función de nuestro sistema inmune por stress fisiológico, pero también podemos afirmar que el ejercicio realizado de manera regular mejora globalmente la función inmune como adaptación, y este hecho es el realmente importante desde el punto de vista de la salud.
Entonces, ¿es importante la figura del profesional que prescribe la actividad física de las personas? Si y mucho, como acabamos de ver. Hasta el punto de que puede producir cambios transitorios en nuestro sistema inmunitario.
Al promover el funcionamiento eficaz del corazón y otros órganos vitales, la actividad física sienta las bases para un estilo de vida sano y activo a largo plazo, lo que es especialmente importante para los cuerpos en desarrollo de los individuos jóvenes. Además de su papel en la prevención de problemas de salud física, la preparación física regular en menores también se asocia con un menor riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer en etapas posteriores de la vida. Los estudios han demostrado que participar en actividades que fomentan el movimiento y la fuerza muscular, como correr, nadar y practicar deportes de equipo, puede tener un efecto protector contra la aparición de enfermedades como el cáncer de colon, el cáncer de mama y otros tumores malignos. En un estudio con 750.000 personas se concluyó que la actividad física reduce el riesgo de sufrir hasta 7 tipos de cáncer. Por tanto, cuanto mayores son los niveles de actividad física y la intensidad, menor es el riesgo de padecer cáncer.
Esto pone de relieve el impacto significativo de la actividad física en la reducción del riesgo de enfermedades potencialmente mortales y subraya la importancia de animar a niños y adolescentes a llevar estilos de vida activos para su salud y bienestar futuros.
Esto nos lleva a lo siguiente; imaginemos que soy una persona que no realiza actividad física y, por tanto, las incertidumbres pueden ser muy grandes. En ese caso, te recomendamos que consultes con profesionales colegiados especializados en este área. Así que asesórate bien, ponte en buenas manos y ya verás como se despejan muchas dudas y ¡comienzas a ganar más vida!
Control del peso
Uno de los beneficios más conocidos de la preparación física de menores es su papel en el control del peso. En una época en la que la prevalencia de la obesidad infantil es una preocupación creciente, promover el ejercicio regular y el juego activo es fundamental para ayudar a los jóvenes a mantener un peso corporal saludable.
Recientemente han sido publicados los resultados del estudio PASOS de la Gasol Foundation, los cuales muestran que un tercio de los escolares en España, de 8 a 16 años, padecen sobrepeso u obesidad; “España es referente mundial de la gastronomía y el deporte, ¿por qué esto no se refleja en las cifras de obesidad infantil?”. Y es que más del 20% de los niños españoles no mantienen hábitos de alimentación saludables y 6 de cada 10 no cumplen las recomendaciones mínimas de actividad física semanal.
En un estudio liderado por el Dr. Francisco B. Ortega y otros investigadores de Suecia, concluyó que la capacidad cardiorrespiratoria podría jugar un importante papel en la reducción del riesgo de enfermedades cardiometabólicas en niños con obesidad. Por tanto, es labor de padres, madres y docentes apoyar que los jóvenes, poco a poco, vayan adquiriendo hábitos saludables que les acompañen toda la vida y ahí, la actividad física muestra de manera objetiva ser una aliada muy poderosa.
Practicando diversas actividades físicas, como montar en bicicleta, bailar y jugar al aire libre, los niños y adolescentes pueden gastar energía eficazmente, desarrollar músculos fuertes y delgados y mantener un ritmo metabólico saludable, todo lo cual es decisivo para prevenir el aumento excesivo de peso y los riesgos para la salud asociados. Animar y apoyar a los jóvenes para que se mantengan activos no sólo les ayuda en el presente, sino que también sienta las bases para una vida de buena salud y un menor riesgo de problemas relacionados con el peso en la edad adulta.
Así, participar en actividades físicas que supongan un reto para el cuerpo y fomenten la fuerza y la flexibilidad, como el yoga, las artes marciales y los deportes organizados, puede tener un impacto positivo en la composición corporal y ayudar a los jóvenes a desarrollar un físico fuerte y sano. Al inculcar el amor por el movimiento y los retos físicos desde una edad temprana, los niños y adolescentes pueden desarrollar una relación positiva con su cuerpo y estar mejor preparados para mantener un peso saludable y un estilo de vida activo a medida que crecen y se desarrollan hacia la edad adulta.
Mejora de la salud mental
Por otro lado, la actividad física regular también contribuye significativamente al bienestar mental de los niños y adolescentes. Ante las crecientes tasas de estrés y problemas de salud mental entre los jóvenes, el papel de la actividad física en la promoción de una mente sana y un equilibrio emocional es más importante que nunca. Se ha demostrado que realizar actividades que requieren movimiento y coordinación, como jugar, bailar y participar en actividades recreativas al aire libre, tiene un profundo impacto en la reducción del riesgo de depresión y ansiedad en los jóvenes. La liberación de endorfinas y otras sustancias químicas «para sentirse bien» durante la actividad física puede proporcionar una forma natural y eficaz de elevar el estado de ánimo y combatir los efectos negativos del estrés y la angustia psicológica.
La depresión es ya un problema de salud global. A pesar de que es muy complicado abordar de forma integral todos los factores que desencadenan la enfermedad, sí podemos modificar algunos de ellos.
Uno de los principales factores de riesgo modificables asociados a la depresión es el sedentarismo. Aumentar los niveles de actividad física ayuda a prevenir la depresión. Así, según un estudio científico reciente, las personas con mayores niveles de actividad física tienen un 17% menos de riesgo de sufrir depresión en comparación con las personas que apenas se mueven en su día a día. Entonces los investigadores comenzaron a explorar que dosis de ejercicio era más beneficiosa; tras otro estudio, se concluyó que hacer 2 horas y media de actividad física moderada a la semana se asoció con un 25% menos de riesgo de depresión. Pero lo llamativo es que se encontraron beneficios incluso con la mitad de dosis.
Esto demuestra que por poco que sea, el movimiento ofrece beneficios muy importantes para nuestra salud mental. Se ha demostrado que la participación regular en actividades que ponen el cuerpo en movimiento y el corazón a bombear, como el ejercicio aeróbico, la natación y los juegos al aire libre, reducen significativamente el riesgo de desarrollar depresión y mejoran los síntomas en quienes ya la padecen. Al incorporar la actividad física a su vida diaria, los jóvenes pueden experimentar una sensación de logro, una mejora de la autoestima y una perspectiva más positiva, todo lo cual es vital para protegerse contra la aparición de la depresión y sus efectos potencialmente debilitadores sobre la salud mental. Animar a los niños y adolescentes a ser físicamente activos no sólo sienta las bases para un cuerpo más sano, sino que también les dota de las herramientas necesarias para salvaguardar su bienestar emocional y hacer frente a los retos de crecer en un mundo cada vez más complejo.
Mejora de la atención y la memoria
También se ha demostrado que la actividad física tiene un impacto positivo en la función cognitiva, sobre todo en las áreas de la atención y la memoria, que son cruciales para el aprendizaje y el rendimiento académico. Participar en actividades físicas regulares que impliquen coordinación, equilibrio y habilidades motoras, como practicar deportes, bailar y realizar actividades recreativas activas, puede ayudar a mejorar la atención y la concentración en niños y adolescentes. Además, el aumento del flujo sanguíneo y de oxígeno al cerebro durante el ejercicio puede contribuir al crecimiento de nuevas células cerebrales y al desarrollo de vías neuronales, mejorando en última instancia la capacidad de aprender, procesar información y retener nuevos conocimientos. Al integrar la actividad física en sus rutinas diarias, los jóvenes no sólo pueden construir cuerpos sanos, sino también cultivar mentes agudas y centradas, mejor equipadas para tener éxito en la escuela y en la vida.
Promoción de un desarrollo saludable
Otro beneficio significativo de la actividad física para niños y adolescentes es su papel en la promoción de un desarrollo integral y saludable en todos los ámbitos físicos, cognitivos y emocionales. Participar en una variedad de actividades físicas, desde el juego libre hasta los deportes estructurados y el ejercicio, permite a los jóvenes desarrollar y mejorar una amplia gama de habilidades cognitivas y motoras que son esenciales para su crecimiento y bienestar general. La combinación de carreras, saltos, lanzamientos y recepciones que se practica en muchos tipos de juegos físicos y deportes no sólo desarrolla cuerpos fuertes y sanos, sino que también fomenta importantes capacidades físicas y cognitivas, como la coordinación, el equilibrio y la conciencia espacial, todas ellas fundamentales para el desarrollo y el éxito general de los jóvenes.
Mejora de las capacidades cognitivas
También se ha demostrado que la actividad física regular favorece el desarrollo de las capacidades cognitivas y el rendimiento académico de niños y adolescentes. La disciplina, la concentración y la capacidad de resolver problemas que se cultivan mediante la participación en deportes y retos físicos pueden trasladarse a las esferas académica y social, lo que conduce a un mejor rendimiento en la escuela y a un mayor sentido de confianza y resistencia ante los retos. Al participar en actividades que requieren estrategia, toma de decisiones y trabajo en equipo, como los deportes de equipo, las artes marciales y otras formas de actividad física en grupo, los jóvenes tienen la oportunidad de mejorar sus capacidades cognitivas y desarrollar un conjunto completo de habilidades que les servirán en todos los ámbitos de su vida.
Garantizar un crecimiento y desarrollo óptimos
Más aún, la actividad física regular es esencial para garantizar que los niños y adolescentes alcancen un crecimiento y desarrollo óptimos en las dimensiones física, emocional y social. Participar en actividades que supongan un reto para el cuerpo y fomenten la fuerza, la resistencia y la flexibilidad, como correr, nadar y practicar deportes, es fundamental para desarrollar músculos, huesos y articulaciones fuertes y sanos, y para establecer hábitos de buena forma física y bienestar para toda la vida. Además, los beneficios sociales y emocionales de la actividad física, incluida la oportunidad de hacer amigos, trabajar en equipo y experimentar una sensación de logro, contribuyen al desarrollo holístico y al bienestar de los jóvenes, sentando las bases para una vida feliz, sana y con éxito.
Prevención de problemas de salud a largo plazo
Promoviendo y apoyando la actividad física regular en las primeras etapas de la vida, tenemos la oportunidad de inculcar a los niños y adolescentes el valor de un estilo de vida activo y sano y de protegerlos de una serie de problemas de salud a largo plazo. En particular, practicar una actividad física regular desde una edad temprana es crucial para construir y mantener unos huesos, músculos y articulaciones fuertes y sanos, y para reducir el riesgo de osteoporosis y otras afecciones óseas en etapas posteriores de la vida. Además, el establecimiento de hábitos saludables desde una edad temprana, incluido el amor por el movimiento y los retos físicos, puede tener un impacto duradero en la prevención de enfermedades crónicas, como las cardiopatías, la hipertensión arterial y la diabetes de tipo 2, todas las cuales tienen sus raíces en el estilo de vida y están muy influidas por el nivel de actividad física mantenido a lo largo de la vida.
Alentar a los niños y adolescentes a realizar una variedad de actividades físicas, desde correr y saltar hasta nadar y montar en bicicleta, y desde practicar deportes de equipo hasta participar en actividades recreativas al aire libre, es fundamental para construir un cuerpo fuerte y resistente que esté mejor preparado para soportar los retos y tensiones de la vida moderna y para disfrutar de una alta calidad de vida a largo plazo. Al animar a los jóvenes a hacer de la actividad física una parte fundamental de su vida diaria, no sólo les estamos regalando un cuerpo sano y una mente fuerte, sino que también estamos preparando el terreno para un futuro libre de la carga de problemas de salud prevenibles relacionados con el estilo de vida.
Un futuro más sano y feliz para nuestra juventud
En conclusión, la ciencia ha evidenciado que la actividad física es crucial para la salud y el bienestar de niños y adolescentes. Ayuda a prevenir enfermedades, controlar el peso, mejorar la salud mental, promover un crecimiento y desarrollo sanos y prevenir problemas de salud a largo plazo. Promoviendo la actividad física, podemos garantizar un futuro más sano y feliz para nuestra juventud. Esforcémonos todos por fomentar y apoyar la actividad física de las nuevas generaciones.